Kurt Vile

Madrid
24 de Agosto, 2014
Sala Penélope.

No es Agosto el mes más propicio para los conciertos en la capital. Lo cierto es que el calor y el amago de ciudad fantasma no conforman los mejores aliados para la música en directo. Por suerte el hijo predilecto de Filadelfia no entiende de estaciones. Acompañado por los sus fieles Violators, su banda más estable, intenta con más empeño que acierto desarrollar en vivo esa línea tan personal que ha deshilachado del rock clásico al contemporáneo. Tarea algo complicada sobre el escenario por los matices de su música, que se torna más contundente y pesada en temas como “KV Crimes” o “Puppet To The Man”, pero con falta de gancho en “Wakin On A Pretty Day” o “Girl Called Alex”, a pesar del cambio de ritmo hacia el final del tema.

Tiene momentos acústicos, en “Too Hard” o “He’s Alright”, con Kurt solo en el escenario, o en una atmosférica “Runner Ups”, dejándose acompañar únicamente por el multi-instrumentista Jesse Trbovich. Con la banda de vuelta al escenario, llega el momento de acelerar. Con guitarrista y bajista a instrumentos cambiados interpretan una fugaz “Jesus Fever”, y se gustan en su versión más grunge en “Hunchback”. Los bises nos dejarían de nuevo a Vile solo en el escenario, en un emotivo medley casi en forma de nana de “Dead Alive” y “Baby’s Arms”, antes de finiquitar a lo grande con una potente e irreconocible versión del “Downbound Train” de Springsteen.

Concierto atípico, que a pesar de algún altibajo, deja latente el talento de un introvertido artista al que creen equivocado de década.