Ryan Adams @ Porto

Listen to the Magick. Una noche con Ryan Adams.

Hay músicos forajidos que hacen su oficio de otra manera. Prácticamente artesanal y sin pensar mucho en el exterior. Músicos que están en la industria pero parecen estar al margen de ésta. Prestidigitadores que se empeñan en escondernos hábilmente sus movimientos. Estamos hablando de David Ryan Adams. Popularmente conocido como “Ryan Adams, No Bryan Adams Eh?”

El cuento viene a la gira An Acoustic Nightmare que está actualmente girando por algunas ciudades privilegiadas de Europa. Concretamente vamos a comentar el concierto de Oporto que pudimos asistir el pasado día 17.

La experiencia del concierto fue sensacional. Tuve la suerte de conocer a gente llegada de toda España con los que compartir momentos musicales y anécdotas de otros conciertos, amén de unas cuantas SuperBocks locales. Pero no era todo, allí había gente llegada de Holanda, Irlanda, Reino Unido, América o incluso Australia, que habían organizado convenientemente sus vacaciones para que coincidieran con el concierto en éste viernes mágico.

Las sensaciones no fueron las de un concierto al uso. Lo sabían quienes lo habían visto antes y lo intuíamos quienes lo veíamos por primera vez. La escena se convertiría en el tío Ryan en su salón tocando unos temas para unos amigos que vienen de visita. Tal cual. Interactuando con el público constantemente, bromeando e incluso oyendo – más bien desoyendo- sugerencias del personal.

Nos encontramos con el Ryan más afable y empático que nos podíamos encontrar. Doy fe de que no tiene set list alguno y va tocando temas indistintamente, según el feeling que tenga esa noche. No obstante, nos comentaba el técnico de sonido que sí saben aproximadamente como va a comenzar pero a partir de ahí todo depende de lo que pase por su cabeza.

Después de verle a escasos metros no me cabe la menor duda de que este tipo es un auténtico genio. Músicos hechos de otra pasta. Personalidades con nombre propio y particularidades tan suyas que no se suelen dar en otros artistas. Ryan hace y deshace todo a su antojo.

No se le pueden buscar más pies al gato de por qué esta ciudad sí o ésta no. Esté país sí y éste no. Hay pistas entre líneas que sugieren de boca del propio Ryan que algunas venues are not available, o que sencillamente no fans there. Pero como estamos hablando de un artista poco común, la lógica nos lleva a pensar en un escenario o gira también fuera de lo común. No obstante la gira muy posiblemente va a ser extendida a finales de 2011 a otros continentes.

El concierto en sí fue realmente mágico. Nunca vi tantas lágrimas bailar con tantas sonrisas. Tanta emoción contenida. Tanta expectación. Tanto silencio y admiración. Y, nunca mejor dicho, tantas Sweet Illusions.

Ryan tiene al público en el bolsillo antes de saltar al escenario. Por la gente con la que pude hablar, la inmensa mayoría eran fans acérrimos y muchos estaban repitiendo concierto de ésta misma gira y/o habían tenido la oportunidad de verle en otras. Todos coincidían en que estaba mejor que nunca y que su voz estaba a un nivel espectacular. Precisamente una de las cosas q mas me llamó la atención. No es habitual ver que un músico supere sus versiones de estudio en directo en éste sentido. Su voz era colosal. Mejor que cualquier álbum o actuación emblemática que se pueda ver en YouTube. Sus falsetes y tonalidades llegan a niveles imposibles. La voz de Ryan es realmente privilegiada, un todoterreno que surca sitios donde otros no llegan, o llegan pero no lo demuestran ni se dejan ver.

Empezó silencioso, meticuloso y maniático como siempre colocando sus bártulos antes de comenzar con Oh My Sweet Carolina. Salta al escenario con la ropa en que llega al teatro, con un archivador señor donde va pasando hojas con desparpajo y atisbo de prisa mientras piensa que canción puede sonar a continuación. Así se fueron sucediendo temas pasados, con prácticamente ninguna referencia a canciones más actuales. No tocó ni un solo tema de su último disco con los Cardinals, el rockero III/IV, y si tenía un álbum que promocionar era precisamente ese. Pero dijimos que es un artista de otra pasta, y por aquí también van los tiros. No es ninguna sorpresa que dicho álbum fuera lanzado un 15 de Diciembre, quedando fuera de las listas de lo mejor de ese año ya que éstas suelen aparecer a principios de Diciembre, y por descarte también fuera de las listas del año siguiente. ¿Casualidad para un artista alérgico a la palabra promoción? Sigamos.

A pesar de que la mayoría de los temas los desenfundó con su guitarra jamaicana, se sentó en alguna ocasión al piano para deleitarnos con una afilada Sylvia Plath o una version de New York New York. En ésta ocasión tiró de temas de Cold Roses como If I Am A Stranger, Sweet Illusions o Let It Ride, siempre en versiones suaves con su guitarra y en ocasiones harmónica como compañeras de viajes. También volvió al álbum Heartbreaker con una sublime Damn, Sam. Off Broadway del Suicide Handbook, Please Don’t Let Me Go de Love Is Hell o Everybody Knows y Two de Easy Tiger son algunas de las canciones de su repertorio. También escuchamos al final el Dancing With The Women At The Bar de la idolatrada Whiskeytown.

Aparte de bromas, por lo contado carentes en el concierto del día anterior en Lisboa, tuvo unas ocurrencias en forma de magníficas improvisaciones dedicadas a sus molestos mocos –literal- o una titulada Jesus de ipso facto por algo que entendió del público cuando le preguntaban por Jesse. (Jesse Malin, telonero de lujo aquella noche). Ésta última remezclada asombrosamente con Cougar, otra improvisación salida de una de esas nubes que le parecían los comentarios del personal. En fín, genio y figura. Para el bis dejó el Blue Hotel del EP Everybody Knows

Ryan Adams es uno de esos artistas imprescindibles, incomprendidos y olvidados por los grandes medios que tampoco insisten ante la aparente pasividad del propio artista. Es un songwriter atípico, que tiene discos que abarcan tantos generos que si uno no convence, probablemente tendrá otro que te pueda arreglar el momento. Un workaholic que no duda en hacer rock, alt-country, metal o cualquier cosa que le pase por la cabeza. Y la clave de todo, que no desentona en ninguno de ellos.

Por el bien de la música, tan cuestionada según venga el viento, esperemos que tipos como Ryan Adams nunca paren de dar rienda a su imaginación y nos dejen siempre escuchar su magia.

Salud.

2 Respuestas a “Ryan Adams @ Porto

  1. Tu David, esta pagina esta genial! Keep on going with this page. It is really awsome! Me encanta!

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