Dave Matthews Band

Dave Matthews foto

Barclayscard Center, Madrid
12 Octubre, 2015

Hace 20 años que no pisaban Madrid y el propio Matthews bromeaba al respecto preguntándose si acaso se perdieron de camino en la autopista. “Esperamos que lo paséis tan bien como lo pasamos nosotros” Y a juzgar por la sonrisa de júbilo constante que lleva colgada Carter Beauford, la diversión sobre el escenario es un hecho tan real como tangible. La emotividad y la energía que cocinan sobre el escenario se hacen fácilmente palpables desde el suelo del pabellón.

La Dave Matthews Band continúa siendo una banda tradicional y legendaria del rock norteamericano. Una banda que sigue fiel a un estilo cercano al gran público y que no se inmuta por la velocidad de los tiempos. Su fama en directo no es gratuita y asistir a uno de sus recitales es siempre un caballo ganador. El americano sabe cómo montar un show digno de recuerdo y el hecho de no presentar nuevo disco supone un aliciente especial para cualquier seguidor.

El concierto comienza tranquilo. Matthews salta al escenario en solitario para interpretar un delicado tema nuevo al piano llamado “Death On The High Seas”, tirando de su clásico falsete y logrando incluso evocar por momentos a Radiohead. Le sigue una versión de “A Whiter Shade Of Pale” de los británicos Procol Harum, justo antes de unirse el resto de la banda para como el dice, “empezar la fiesta”. Y dicho y hecho.

Puede ser “la banda de Dave Matthews” pero ante todo es una banda en su significado más literal y como tal se comportan. Matthews obviamente lleva la voz cantante aunque nadie destaca especialmente por encima del resto. El regusto orquestal que profesan por el jazz, el funk y la jam session es una potente seña de identidad que no esconden en ningún momento. Amén de la conducción matemática de Beauford a la percusión, hay momentos para las entradas maravillosas de la sección de viento de Rashawn Ross y Jeff Coffin, los solos a la guitarra de Tim Reynolds,  o el éxtasis de Boyd Tinsley al violín y sus duelos con Dave, especialmente logrados en temas como “Lie In Our Graves”, extendiéndose hasta los 15’ y terminando simbólicamente con Tinsley vuelto hacia su banda después de haber hecho las delicias del público en uno de lo momentos de la noche.

En el repertorio no faltan clásicos como “#41”, “So Much To Say”, “Satellite” o la reivindicativa “Don’t Drink The Water”. La selección de temas prácticamente no deja un momento de escape a una audiencia en la que Matthews podía encontrar a multitud de paisanos. Durante el set de casi tres horas de duración, tienen tiempo para unas incombustibles “You Might Due Trying”, “Why I Am”, una emotiva “Mercy” que resulta ser el tema favorito de la madre de Dave, o el clásico “The Space Between”.

En la parte final la energía se desborda con la comunión especial provocada por “Ants Marching” y “So Much To Say”, reacondicionado en un medley infinito marca de la casa que incluye entre medias un genial amago de “Too Much” para delirio de la audiencia.

La guinda la pondría un tema como “Two Step”, efectivo allá donde lo suelte, que se alarga de nuevo hasta los 18 minutos y que eclosiona en forma de jam confirmando esa conexión casi religiosa que muy pocos artistas consiguen con su público. Un concierto divertido y gratificante de un artista al que se esperaba con ganas en la capital a pesar de la pobre entrada. Nostalgia y muy buenas sensaciones que esperamos no tardar 20 años más en volver a experimentar.