EMA y la era post-internet.

EMA

El desencanto de Erika M. Anderson con la digitalización de la vida moderna no es nuevo. Son muchos los artistas que vienen mostrando su disconformidad de un tiempo a esta parte, con la abrasiva sobreinformación que sufrimos/disfrutamos en estos tiempos.

The Future’s Void, que es su álbum más reciente, vino envuelto en la máxima de ser el primer disco post-internet que se había escrito. ¿Pero que se entiende por post-intenet? Es lógico, que en una época en que la realidad virtual puja sin cesar por disminuir la importancia de la auténtica realidad, los creadores de arte empiecen a preguntarse cosas y a darse por aludidos. Y es lógico que alcen la voz, aunque paradójicamente los cauces elegidos para esparcir sus pensamientos tengan que ser obligatoriamente los mismos contra los que hablan.

Este álbum conceptual se ha enfocado en lo que EMA llama “enfermedad moderna”. Se pregunta: “Te ganas la vida haciendo selfies, es así como quieres vivir? Es tan narcisista, tan nuevo milenio” (‘Neuromancer’) Se muestra desencantada al contemplar la erosión que sufre la música mientras se convierte en un producto absoluto de marketing. Pero el álbum no ha sido premeditado. Erika escribe sobre lo que le pasa por la cabeza, y el compendio de canciones en ese momento ha dado lugar a este maravilloso álbum con este temática en concreto.

En The Future’s Void (Matador 2014), segundo álbum de la estadounidense, sintetiza la oscuridad de su anterior album, y se adentra un paso más allá, mezclando de manera inteligente los elementos para generar un folk industrial brillante. A lo largo del disco se muestra contrariada, hastiada y desilusionada con lo que palpa alrededor, pero también esperanzada. Contiene un buen puñado de temas que engordan su música y cuya intención es desmarcarse de modas e ir un paso más allá. En especial So Blonde, Satelites, o una Neuromancer donde podemos escuchar cristales rompiéndose al ritmo de percusiones metalizadas. Igualmente consigue el equilibrio perfecto con baladas redondas, que no cargantes, como SolaceWhen She Comes, una nana que cierra el disco como Dead Celebrity (Tell me what you wanna see when you click on the link of the dead celebrity) o una estupenda y exasperada 3Jane.

EMA

EMA es una artista que apuntaba maneras con su California de 2011, y que demuestra ser alguien que tiene algo que muy pocos artistas tienen hoy en día: algo interesante que decir. Es uno de los mejores trabajos del año que bien podría convertirse en un clásico y crear escuela.  Un “espejo negro”, como afirma Erika, en el que podemos ver reflejada esa otra identidad virtual que existe y que vaga ahí fuera con toda nuestra información.

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