El último songwriter maldito.

Hace unos meses que éste gran trovador del rock merecía una reseña. Y aprovechando que el concierto benéfico Light Of Day pasó por España el pasado Domingo, no hemos visto mejor ocasión.

Hablamos de Jesse Malin. Un genio desconocido por siempre jamás, con mucho talento y exitoso en lo estrictamente musical, e injustamente falto de suerte en lo puramente comercial. Apartado del mundo punk desde la separación de D Generation, el chico sabe el camino que quiere echarse a andar y se marca desde el principio un discazo como The Fine Art Of Self Destruction (2003), con la producción genuina del brillante Ryan Adams que ya colaboró con él en una especia de proyecto secreto como era The Finger el año anterior, entonces bajo los seudónimos de Warren Peace (Adams) e Irving Plaza (Malin). Malin hace música sincera y directa, con gran carga energética y emotiva.

Joe Strummer, Jesse Malin y Ryan Adams.

Con influencias a Ryan Adams, Springsteen, Young o Steve Earl. Sus directos son explosivos con una intereactividad conocida por cualquiera que haya tenido la suerte de dejarse caer en alguno de sus directos. Nadie como él hace sentarse a todo el respetable en el suelo para cantar Solitaire o Death or Glory de los Clash, buscando siempre voces solistas y acompañantes entre la sorprendida audiencia.

Gran debut con temas como Queen of the Underworld, o el tema-huida y una de sus mejores canciones Wendy, pasando por Solitaire, Riding On The Subway o Almost Grown. Un cambio significante después de ver cómo se las gastaba con D Generation.

En 2004 lanzaría el aclamado The Heat, lo que sería una autoconfirmación del cuasi Springsteen wannabe de que su carrera en solitario iba muy en serio, y ésta vez sin la producción de Adams, si bien aparece en el disco. No se puede negar que es evidente que su relación profesional ayudó en todo momento al bueno de Jesse. Sin ir más lejos, se pueden observar ligeros paralelismos con el Rock n Roll de Adams y el The Heat de Malin. 2 discos de 2 artistas con mucho en común y con un rock muy similar en cuanto Adams quiere acercarse a éste palo. No obstante, dice un viejo rumor de un larguilucho heavy escocés que ambos eran sus únicos amigos en la escuela. The Heat, de todos modos es un disco para degustar de principio a fín, cargado de guitarras, pasión y buen rock suave. Sin la rabia de Rock & Roll pero igual de sincero.

No será hasta 2007, cuando se junta a personalidades como Springsteen, Adams, Josh Homme o Jakob Dylan para lanzar Glitter In The Gutter, junto a The Heat su mejor álbum. A pesar de ser acusado de pretencioso en éste álbum, lo cierto es que contiene una fila de grandes y divertidos temas, más cercanos al pop en ocasiones que harán las delicias de cualquiera dispuesto a escuchar. Amén del tema con Bruce, Broken Radio, tenemos joyas como Prisoners of Paradise, Lucinda, Black Haired Girl, Tomorrow Tonight, Little Star… Más que pretencioso, es un rock que en algunos oídos puede empalagar como puede empalagar Roy Orbison. Sobre todo si se le da más vueltas de lo normal.

Recientemente vendría un disco de covers: On Your Sleeve, con algunas grandes versiones de sus artistas favoritos y que acostumbra a deleitarnos en directo como Everybody’s Talkin, Do you remember Rocn & Roll Radio, You can make them like you etc… También publicó un directo desde su NY natal llamado Mercury Retrograde.

En definitiva, un artista que dificilmente será mucho más grande de lo que ya es, y al que tuvimos ocasión de ver en el reciente Light Of Day en Madrid. Un gran concierto no sólo de Jesse, sino del dinosaurio Willie Nile, Joe D’urso y el fenomenal acompañamiento en todo momento de Los Madison, gran banda que veremos de nuevo en directo en solitario en Febrero.

Mención aparte merece el desaprensivo y poco profesional de Dave Bielanko, cantante de Marah. El tipo en cuestión, no dudó en abandonar la sala por su propio pie y por la puerta de entrada cuando vió en el 2º tema que alguno de los monitores no sonaba como él deseaba. Incluso después de la atención del técnico de sonido que subió al escenario a intentar subsanarlo. Algo puede que tuviera que decir las cervezas que estaba bebiendo en el bar contiguo a la sala, y que le hicieron también arrasar con todo lo que encontró por el camerino compartido aquél día…

Siempre nos quedarán grandes músicos capaces de conectar y agradar como pocos.

Grande Jesse.

Salud.

D.

3 Respuestas a “El último songwriter maldito.

  1. Por dios, comparar a Jesse Malin con Marah
    es como comparar a Caillou con Lawrence de Arabia. Pero bueno, cada cual sus gustos.

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  2. En ningún momento pretendemos comparar a JM con Marah, sólamente mencionamos su «actuación» en el último concierto. No obstante, que quede claro que Marah también me parece una gran banda, una mal día lo puede tener cualquiera.

    Gracias por tu comentario.
    D.

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