El día de Kurt.

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El pasado 6 de Junio, Michael Nutter, alcalde de Philadelphia, anunciaba el premio Liberty Bell para uno de sus vecinos más ilustres. Además de concederle este importante galardón, también le concedían nada más y nada menos que un día en su honor: El 28 de Agosto.  Este día será desde ahora el Día de Kurt Vile. En agradecimiento, el artista ofrecerá un concierto gratuito en el famoso City Hall de su tan americana ciudad.

Kurt Vile es un músico nacido y criado en un suburbio de Philadelphia. Ensimismado con la música desde que su padre le regaló un banyo en lugar de una guitarra, empezó grabando cassettes y sobreviviendo alternando trabajos basura en Philladelphia y Boston, donde vivió hasta que su novia se sacó el graduado. Dos años más tarde volvió a casa y formó The War Of Drugs con su amigo Adam Granduciel, una banda que logró destacar más allá de sus círculos inmediatos. En 2008 sería cuando empieza su carrera en solitario. Una carrera que cuenta ya con 5 álbumes y un reconocimiento a veces inversamente proporcional a su enorme talento. Las apariencias engañan con un tipo tremendamente hogareño al que no le gusta hablar de sus propias canciones. Tampoco se le caen los anillos para aceptar los cambios en las reglas de juego del negocio de la música. Ni para reconocer la irrelevancia de los ideales punk en unos tiempos donde tuvo que vender su Baby’s Arms al Bank Of America para mantener a su familia.

Vile es un músico atípico, que dificilmente encaja en alguna casilla de la música actual. La idiosincrasia de su música se sitúa en un peldaño que en estas décadas de la inmediatez nos hemos apresurado a extinguir. Wakin On A Pretty Daze es un remanso de rock lo-fi de medios tiempos que bien podría encaramarse a los Tops de los 70.  Cuenta con acordes fugaces, tan suaves como inesperados. Serpenteantes en ocasiones y guiados por una voz perezosa que no ha sido provocada por los efectos de la marihuana.  La ausencia casi total de estribillos, marca de la casa, y las melodías hipnóticas e imprevisibles, dan pie a la evasión más absoluta. Una rara belleza escondida entre líneas cuya labor de búsqueda reside en el propio oyente.

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Cabe señalar, ñoñerías fuera, que una de las cosas que hace este disco más especial, es todo el cariño y el amor que desprende. Vile, de 33 años, se casó hace 10 años con la que hoy es la madre de sus 2 hijas y ellas son la razón de todo su ser. Todos los temas son autobiográficos y no tiene problema en reconocerlo. Al fin y al cabo, la mayoría de los músicos deslizan de una u otra manera sus biografías a pesar de todas las aventuras que rondan sus cabezas.

Sus pequeñas piezas musicales proyectan una sombra muy alargada. La virtud soñada de hacer sonar sencillo lo que no es, parece algo innato en él. Las letras a menudo se basan en pensamientos entrelazados entre sí, donde la búsqueda constante y la falta de un manual vital dan rienda suelta a su imaginación. Si bien también tiene espacio para subrayar la angustia que le provoca salir de gira lejos de su hogar.

Las críticas han sido muy favorables a pesar de ser un álbum poco accesible. De los once temas que componen Wakin On A Pretty Daze, más de la mitad sobrepasan los 6 minutos. Un auténtico repelente de mass media. Con grandes temas que inician y finalizan el disco que suman casi 20 minutos.

Lo cierto es que Vile podría estar teloneando a Led Zeppelin o sentado junto a Neil Young algunas décadas atrás con estas mismas canciones y todo sería en blanco y negro y muy familiar. No hay ningún reproche. Aunque lo parezca, no está fuera de tiempo ni de lugar. Ni nosotros. Pero ha creado un disco de rock clásico tan formidable, y al mismo tiempo con un sonido tan propio en pleno 2013 que asusta. Aunque serán los años los que lo demuestren,  Wakin On A Pretty Daze cuenta con todos los ingredientes necesarios para convertirse en un clásico atemporal.

Hay personas que esperan la música, y otros a quienes la música espera por ellos. Sin prisa ni lastre. Si es usted de los afortunados del segundo grupo, recuerde que tiene una cita pendiente con el hijo predilecto de Philadelphia.

 

 

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